Revolución en las aulas
Confianza, empatía, reflexión, colectividad, interés genuino por la persona... Estas son algunas de las claves del proyecto de coaching educativo probado durante tres meses en el colegio Dominicos de Valencia. El objetivo: "que los chicos se sientan a gusto para sacar todo su potencial".
Nos lo cuentan Borja Ruiz y Javier Pagán, impulsores del proyecto 'Educa 3.0', una experiencia piloto que podría cambiar el concepto de educación tradicional, revolucionar unas aulas en las que por regla general sigue existiendo una distancia entre docentes y alumnos, quizás por falta de flexibilidad en el concepto de autoridad.
Conjugando su experiencia empresarial -seis años en el ámbito de la formación y el coaching- con las prácticas en el ámbito educativo, los chicos de Activa-t fomentan el autoconocimiento, las habilidades sociales y la vertiente socioemocional que "no se potencian en los centros educativos, quizás por falta de tiempo".
La diversión como elemento transversal
Frente al eje teórico que sigue gobernando el sistema educativo, la diversión emerge como elemento transversal con música que ayuda a modelar la expresividad corporal, piezas de Lego para tratar las dificultades de comunicación entre el líder y el grupo, objetos que invitan a reflexionar y expresar ideas o cámaras que graban las exposiciones públicas de los chicos para que "ellos mismos reconozcan de forma divertida aquello que no les ha gustado".
En la sociedad de hoy en día "triunfa el pensamiento divergente", y esa es la idea que persiguen estos formadores llegados del ámbito empresarial, proponer "múltiples alternativas frente a la solución lógica", desaprender conceptos racionales para aprender cosas nuevas, sobre la base de "la creatividad y la diferencia". '¿Por qué una silla no puede convertirse en un casco?'
Sin renunciar a la parte racional, cabe "recuperar esa parte creativa del cerebro que se va perdiendo por no desarrollarla en clase", apunta Javier Pagán. "Hay una separación brutal entre la escuela y lo que demanda la sociedad", advierte Borja Ruiz. "No triunfa el alumno que saca mejores notas, sino el que tiene más ingenio y transmite mejor a las personas", coinciden ambos.
Ese es su cometido, interactuar con los jóvenes para que saquen lo mejor de sí mismos, emulando el sistema implantado en Estados Unidos. A nivel nacional, "no hay un modelo claro, pero sí una conciencia general de la necesidad de un cambio", afirman Pagán y Ruiz. "Los gobiernos contemplan este programa como el modelo educativo del futuro", añaden. Amén del proyecto valenciano, 86 colegios públicos cántabros probaron este método con el apoyo de la Fundación Botín.
Profesores, padres, alumnos...
Bajo la premisa de acercar posturas entre el profesor y el alumno, 'Educa 3.0' propone nuevas fórmulas para interactuar, el estudio del clima del aula, de los entornos. Para ello se graban las clases con el fin de detectar las cosas que se pueden mejorar y se reparten cuestionarios entre docentes y alumnos para contrastar la visión que tiene cada uno de ellos de la clase.
Los creadores del proyecto han observado "intereses distintos" entre ambos, lo que desemboca en la "dificultad del profesor para conectar con los chavales",lo que se suma a los problemas para saber "cómo gestionar la información que les transmiten los alumnos cuando los profesores se abren a ellos".
Los chicos, por su parte, reciben con los brazos abiertos el nuevo método, tras lo cual se expresan. "Esto se lo tenéis que hacer a los profesores y a los padres". Se sorprenden por "sentirse escuchados", al "romper los espacios con jerarquías y crear otros más abiertos", al sentir "nuevos estímulos" y "conocer a los compañeros de forma diferente, en profundidad, más allá de su grupito".
"Nadie mejor que uno mismo sabe lo que tiene que hacer", señalan los formadores, que añaden: "Analizamos situaciones y problemas para buscar soluciones. Nada de culpas". El esquema de funcionamiento es sencillo: "motivación, toma de conciencia y acción como consecuencia de esa reflexión".
En este punto entran en juego los padres, fundamentales en el triángulo educativo completado por docentes y alumnos o hijos. Con la compleja adolescencia como telón de fondo, se trata de "evitar desconexiones", ya que "si tu hijo se acerca a ti y no puedes atenderlo, seguramente no vuelva".
La clave es "ampliar el foco de los problemas", no centrar la culpabilidad en el adolescente sino descubrir qué cosas pueden modificar los padres en su actitud para evitar el distanciamiento. "No damos consejos, solo fomentamos la toma de conciencia", insisten los creadores de 'Educa 3.0'.
Al tratarse de una experiencia piloto, todavía no hay datos reales sobre la influencia que puede tener este nuevo concepto educativo en el absentismo o el rendimiento escolar. De lo que no hay dudas es de la satisfacción de los alumnos de 4º de ESO del colegio Dominicos y la valoración positiva de padres y profesores después de haber participado en la "aplicación de cosas distintas" en la tarea docente.